Según leemos en El Confidencial Digital, las empresas españolas contemplan el “leasing” o arrendamiento financiero como la alternativa más eficaz para el alquiler de inmuebles.
Para quienes desconozcan el concepto, el leasing consiste en alquilar un bien y mantener la opción de compra a la finalización del contrato. Este tipo de contrato comporta menos riesgos financieros para las empresas que la compra de un mueble o inmueble, pero además tiene una serie de ventajas fiscales que es conveniente conocer.
Qué ventajas fiscales tiene el leasing
El leasing tiene algunas ventajas frente a otro tipo de operaciones, por lo que implica algunas ventajas financieras y fiscales para las empresas.
Para empezar, la fórmula del “leasing” evita a los clientes tener que pagar el IVA en la compraventa, ya que este impuesto corresponde a la entidad que ha gestionado el contrato. La empresa también puede deducirse del Impuesto de Sociedades o el IRPF del arrendatario incluso el doble de la amortización fiscal, y el triple en el caso de las PYMEs, por lo que este tipo de operación comporta un coste financiero-fiscal mucho más atractivo.
A nivel operativo, el leasing implica también otras ventajas. Entre ellas, el hecho de que se puede contabilizar la operación al margen del balance financiero de la compañía, o bien establecer tres opciones diferentes en el momento de finalizar el contrato: devolver el bien, prorrogar el contrato de “leasing” o bien adquirir la propiedad por el valor residual.
Por otro lado, también cabe señalar que en las operaciones de leasing dentro del sector inmobiliario, los bienes que se alquilan mediante esta fórmula poseen períodos de amortización fiscal más largos, por lo que hace más fácil la aparición de nuevos beneficios fiscales.
Para que este tipo de contratos puedan realizarse, es importante también señalar que el bien en cuestión tiene que ser para uso exclusivo de la actividad de la compañía que lo adquiere.
Desventajas del leasing
El leasing no es necesariamente la fórmula más adecuada para todas las empresas, dependiendo del tipo de bien del que estemos hablando. También puede haber algunas desventajas, como que al término del contrato el bien se haya quedado obsoleto, o el hecho de que cancelar el contrato antes de su finalización pueda suponer una penalización.
En todo caso, a la hora de llevar a cabo una operación de compra o alquiler de un bien mueble o inmueble, conviene buscar asesoramiento fiscal y financiero de cara a obtener las mayores ventajas posibles y realizar una operación conveniente para la compañía.